19 diciembre 2017

Dos grandes, dos esquemas: Un solo partido

Es curioso que tal como se acerca el clásico entre Real Madrid y Barcelona, se va viendo que los dos grandes han cambiado de esquema por las circunstancias de la propia plantilla. Obviamente, los resultados han sido diferentes pero ya saben, un partido es una batalla que trasciende mas allá de lo que haya ocurrido en las anteriores jornadas.

En el caso del Real Madrid, el cambio de esquema, ha venido unido a la ruptura de la famosa BBC. La lesión de Gareth Bale dejó a Zinedine Zidane con una gran duda. La pregunta que una y otra vez se formulaba en su interior era, ¿mantengo el 4-3-3?
La respuesta tenía tantas variantes como jugadores disponibles para dicho puesto. Realmente si mantenía ese esquema tenía que dar entrada a un jugador que pudiera acoplar a la banda derecha. Ahí entraba en escena el cambio que debía suponer poner a Isco a pierna cambiada, optar por Asensio o quitar el cartel de revulsivo a Lucas Vázquez.
La otra variante influía en otro de los problemas que ha presentado el Real Madrid ya en la anterior temporada. La reconversión de Cristiano Ronaldo esta siendo un hecho, aunque gradualmente en anteriores etapas, en esta parece que va mucho más encaminada por el simple hecho de que Zidane propuso implantar el 4-4-2.

Parece que mantener el mismo esquema que le ha dado tantos éxitos al equipo blanco no era la opción ya que no hay otro jugador igual que el crack galés ni tampoco parece que Ronaldo pueda aguantar como antaño en la banda izquierda. A decir verdad, con el cambio al 4-4-2, mataba dos pajaros de un solo tiro. Minimizaba la baja de Bale, centraba la posición de Ronaldo ocupando la plaza de delantero centro y de paso Benzema tenía un socio mas cerca en dicha parcela. Aunque, como todo esquema, tiene cosas malas como por ejemplo el pequeño paso atrás de Isco o la inclusión de Asensio en una posición algo más escondida de lo que venía realizando. Las bandas quedaban a dos jugadores que se han caracterizado por ser medias puntas de mucho toque por dentro. Falsos extremos? o ¿mayor desgaste para los dos profundos laterales?

En el caso del club catalán, vino por la inoportuna marcha del astro brasileño Neymar, que decidió irse al millonario proyecto del Paris Saint Germain. El 4-3-3 volvía a sentirse dañado y casi herido de gravedad porque Dembelé no podía aguantar y se lesionaba al poco de llegar, Deulofeu se fue apagando a marchas forzadas y Alcácer era una opción que no contempla Ernesto Valverde desde que se hizo cargo de la parcela deportiva.

Por tanto, Valverde se tuvo que adaptar a lo que tenía y borrar de un plumazo todo rastro del 4-3-3. Messi aparecía desde una posición más por dentro y de paso ayudaba a tener mayor protagonismo al único punta del teórico once titular, Luis Suárez. El uruguayo ha tenido mucho altibajos pero la labor del 10 argentino y sobretodo la irrupción de Paulinho, han minimizado el discreto casillero de goles que lleva hasta ahora con la camiseta blaugrana.

Paulinho y Busquets como doble pivote, Iniesta y Rakitic ocupando las dos alas y Messi por delante casi como segundo punta detrás de Luis Suárez. Así ha diseñado Valverde su nuevo Barça, por la circunstancias pero de momento con resultadismo contundente. Nadie tose al equipo catalán y llega al clásico frente al Real Madrid con un esquema idéntico pero con una tendencia al alza.

Dos grandes, dos esquemas y solo un partido para dar un duro y certero golpe en la mesa de la liga 2017-18. Quien se llevará el gato al agua? Cuando los dos esquemas se parecen, solo queda ver cual de los dos se impone individualmente. Ronaldo o Messi? Modric o Paulinho? Iniesta o Isco? Son tanto interrogante como estrellas se darán cita en el Santiago Bernabeu.

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