26 junio 2016

Islandia y sus vikingos

Luchemos como si no hubiera mañana


Algo así tienen que pensar los islandeses cuando se enfrentan a cualquiera de las selecciones que le ha tocado hasta el momento en la Eurocopa 2016 de Francia porque su participación esta rayando el excelente. La matricula de honor la dejamos para más adelante.

Digamos que contra Austria se cumplió aquello de ser solidarios y fieles a una idea rudimentaria pero que no es la primera vez que se usa y que por supuesto tampoco se puede decir que no funcione. Una media de posesión entorno al 30%, una gran colocación, dos líneas de cuatro jugadores bien marcadas y mucha garra con dos delanteros atentos arriba para aprovechar cualquier despiste o centro de sus aguerridas bandas. Digamos que esta es la sencilla formula de Islandia, país de unos 300.000 habitantes y que un 10% se desplaza cada vez que juega su selección nacional. No podemos decir que no nos gusta Islandia, ¿verdad?



25 Minutos, una pizca de suerte y mucha estrategia


Islandia se plantó. Dijo aquello de "si hace falta ganar en el último minuto que así sea", y así fue. Los primeros 25 minutos de Islandia fueron de presión alta, combinaciones muy rápidas, constantes subidas por banda y sobretodo mucha estrategia como por ejemplo en la jugada del primer gol islandés. Un saque de banda bien medido hacia el vórtice del área, una prolongación certera y un desmarque al espacio bien ejecutado servía para que Islandia mandará en el marcador ante el asombro de los austriacos. 



Bien es cierto que a partir del gol, Islandia empezó a ser conformista y tal vez demasiado conservadora pero la imposibilidad de Austria de poder dominar el medio campo (no tiene organizadores como tal), las nulas subidas de Fuchs (cosa que me extraña mucho), la rara posición de Alaba y la nula presencia en la delantera hacia que el marcador no se moviera.



Hacía falta mucho más para atravesar el muro vikingo. Islandia solo presionaba a Baumgartlinger que era el encargado de intentar llevar el peso del juego ofensivo austriaco. No es que estuviera mal pero sólo pudo destacar cuando casi al final de la 1ª parte, Islandia empezaba a decaer y abrir sus líneas de medio campo.


Una segunda parte con Austria como única protagonista


La segunda parte fue totalmente de los austriacos que como era de esperar, se volcó al ataque intentando la remontada y por lo tanto tener opciones de pasar a octavos de final. Bien es cierto que los cambios dieron mucha más claridad pero si algo caracteriza a los islandeses es la firmeza.




Los cambios fueron clave en la segunda parte con las entradas de Schopf y Janko por Prodl e Ilsanker. De tal forma, Klein se puso de lateral derecho, Sabitzer de extremo por la derecha, Schopf de media punta y Janko de delantero centro. Esto dejó a Alaba de mediocentro con total libertad subiendo y sobretodo bajando hasta la zona de los centrales para tener algo más de claridad en la salida de balón.

Curioso que con la entrada de Schopf el sacrificado fuera Alaba que tuvo que retrasar su posición para jugar de mediocentro total junto a Baumgartlinger. También es cierto que Alaba no rindió en el enganche y a menudo se le veía muy perdido. Recordemos que ha jugado más por fuera ya sea de lateral o extremo que de media punta. Durante toda la fase de grupos el técnico le probó cerca del delantero pero sin mucho éxito. Un error que le pasó factura a la selección de Austria.

Otra de las cosas que nunca entendí fue que Janko no tuviera la suficiente confianza para ser algo más que un revulsivo. Está probado que cuando jugaba el punta del Basilea, las cosas cambian a mejor ya que Janko es un delantero centro que aprovecha su físico para fijar a los centrales y además se aprovecha de su buena altura para cabecear todo centro que llega desde las bandas, especialmente si sube Fuchs.




Otra de las cosas que nunca entendí del esquema de Austria es el rol y la posición de Arnautovic. El talentoso atacante estaba muy escorado en la parte izquierda casi como si no tuviera más opciones que ponerlo ahí por la cabezonería de tener a Alaba de media punta. Siempre pensé que si hubiera optado por poner a Fuchs de extremo, Alaba de lateral y Arnautovic de enganche o segundo punta, las cosas hubieran sido mucho más lógicas y por tanto el juego seguramente hubiera sido más fluido. Algo similar le pasó a Rusia con Kokorin y Shatov ya que el primer citado es un delantero rápido que ha dado lo mejor de si en punta pero que con la selección jugaba escorado perdiendo muchas habilidades mientras que Shatov que tiene desborde y técnica para jugar por fuera tenía que conformarse con jugar por dentro donde se le cerraban la mayoría de opciones disponibles.




El segundo y definitivo gol de Islandia es el claro ejemplo de que no todo se basa en intentar jugar bien y ni tan siquiera te vale ir con jugadores más contrastados. Una contra bien hecha tras ver que el rival esta volcado en tu área fue la forma de zanjar la clasificación para Islandia con el gol de Traustason. 

Por cierto, si nos paramos a pensar seguramente todos creían que Islanda quedaría tercera mientras que Austria optaría a ser segunda por detrás de Portugal, ¿no creeis? Pues el final no ha tenido nada que ver y eso es lo que hace grande al fútbol. Un servidor se alegra mucho.

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